- Cuando todo estuvo listo y la línea de montaje funcionaba suave y rápidamente,
Eichmann "invito" a los funcionarios judíos de Berlín para que
la inspeccionaran. Quedaron atónitos " Esto es como una fábrica
automática, como un molino conectado a una panadería. En un extremo se pone
un judío que todavía posee algo, un fábrica, una tienda o una cuenta en el banco,
y va pasando por todo el edificio de mostrador en mostrador,
de oficina en oficina y sale por el otro extremo sin nada de dinero,
sin ninguna clase de derechos, solo con un pasaporte que dice:
Usted debe de abandonar el país antes de quince días.
De lo contrario irá a un campo de concentración."
Hannah Arendt: De su libro Eichmann en Jerusalén